Bienvenidos al mundo que he recorrido en mis vaqueros.
Espero que disfrutéis de las vistas.
Tienes tarántulas en las pestañas.
Huracanes sombreados que coronan tus miradas.
Tienes raídos pedazos de cielo encerrados en los ojos. Malditas ventanas abiertas al abismo.
Precipicios que se abren, desde el fondo mismo de la Tierra,
cuando aleteas, desapasionada, las pestañas.
Bendita crueldad con que me juegas.

Tienes tarántulas en las pestañas.
Negras, frondosas, estiradas.
Ansiosas por atrapar. Impregnadas con tus venenos.
Y lo peor es que lo sabes: conoces el encanto de tus patas de araña.

Utilizas la hermosura, endiablada maestra del encanto.
Abres cada día las entrañas del infierno, maldita,
cuando te me cruzas y me miras.
Y me rajas el tiempo y el espacio sin esfuerzo.
Y ya ningún cielo ni abismo me interesan:
no existe nada
más allá de tus arañas.



Israel Barranco